¿Sabía que no se debe abordar un avión con la nariz congestionada…?

Nunca, pero nunca abordes un avión con la nariz congestionada, muchas veces llegan las vacaciones y son muchas las familias que abordan , pasean en lanchas, se bañan en piscinas o asisten a fiestas y conciertos. Si bien todas son situaciones que prometen entretenimiento, no hay que perder de vista que en cada una de ellas los oídos están expuestos a factores que pueden dañarlos, como cambios de presión y sonidos altos. Es importante cuidar el órgano de la audición, para que ninguna molestia interrumpa la diversión. La otorrinolaringóloga Johanna Sembergman (@otorrinodoc), del Instituto de Otorrinolaringología y Oftalmología y Torre Médica del C.C. Terras Plaza, informa que durante las temporadas vacacionales la mayoría de las consultas que recibe por infección son de otitis externa o, como también se le conoce, otitis del nadador. Este tipo de otitis es la que afecta el oído externo, el cual va desde el pabellón auricular de la oreja, es seguido por el conducto auditivo y termina en la membrana timpánica, que es como una calle ciega. Cuando nos bañamos y sumergimos, restos de agua pueden quedarse atrapados allí y favorecer la aparición de hongos y bacterias.

La persona con otitis externa puede manifestar dolor en la oreja al tocarla, secreción, oído tapado y pérdida temporal de la audición (se recupera sin dejar secuelas). El médico suele indicar antibióticos y analgésicos y, si el caso no es muy grave, los síntomas desaparecen en una semana. Quienes sufren de los oídos son quienes tienen que cuidarse más; deben bañarse con tapones auditivos especiales y evitar a toda costa sumergirse en el agua. Si los síntomas aparecen, debe acudir al otorrinolaringólogo a la brevedad posible.

Otra recomendación que hay que tener en cuenta durante las vacaciones es que no se debe abordar un avión o ascender una montaña cuando hay congestión nasal (moco), bien sea por resfriado o por alergia, porque esto puede desencadenar una otitis media. La persona con esta condición debe acudir antes a una consulta con el médico.

Consecuencias de la nariz congestionada

“¿Qué sucede? El oído medio y la nariz se comunican a través de la trompa de Eustaquio, la cual se encarga de mantener estable la presión de aire dentro de los oídos. Cuando alguien tiene gripe o alergia, con mucho moco en la nariz congestionada, ese moco se puede ir para el oído, y como el oído no está en capacidad de igualar la presión debido a un cambio de altura, puede generar un dolor tremendo”, explica la otorrinolaringóloga y mencionó finalmente (nunca vueles con tu nariz congestionada).

También se debe evitar la exposición a sonidos fuertes durante tiempo prolongado. Al escuchar sonidos por encima de 80 decibeles (dB) durante más de una hora, se corre el riesgo de tener hipoacusia (pérdida auditiva) inducida por el ruido y trauma acústico. “Así que si una persona va a estar expuesta a más de 80 dB, tiene que protegerse los oídos y, si no tiene protección, debe evitar permanecer en ese lugar más de 60 minutos”, recalca la otorrinolaringóloga. Tome como medida que una conversación en una habitación tranquila puede estar entre los 40 y 80 dB.

Los niños y adolescentes tienen mayor riesgo de padecer hipoacusia inducida por el ruido y esas pérdidas auditivas son irreversibles, no se recuperan. En paseos a la playa es posible que se expongan a sonidos de motores de lanchas y motos acuáticas. También pueden asistir más a fiestas y conciertos, y usar sus audífonos con mayor frecuencia para escuchar su música favorita. Considere que el sonido del motor de una lancha, por ejemplo, puede estar entre los 100 y 130 dB, y el de un concierto puede superar los 100 dB.

Sembergman recomienda que “quienes tienen reproductores portátiles deben tratar de no sobrepasar 60% del volumen de descarga del aparato. Independientemente del modelo que utilicen y de la música que escuchen, el sonido es el mismo; pueden estar oyendo reggaeton, rock o música clásica y el ruido será el mismo y producirá el mismo tipo de daño”. Asimismo, sugiere no utilizar los audífonos intracanales y escoger en cambio los que ocupan el pabellón auricular de la oreja completo. “Como esos audífonos logran anular el ruido ambiental, no hay que subir tanto volumen para escuchar la música”, añade.

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